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El duelo en una amputación de una extremidad
El sufrir una amputación es una de las experiencias más duras a la que una persona se puede enfrentar, no solo por el proceso de dolor físico que implica el procedimiento quirúrgico en sí, si no por el impacto psicológico que conlleva para la persona quien lo vive, que además se extiende a todo su entorno familiar que también se ve afectado.
Es muy importante que una persona que ha sufrido de una amputación sepa que experimentará una serie de cambios o alteraciones psicológicas propias de un duelo, las cuales son un proceso secuencial y natural que utiliza nuestro cerebro para volver a su estado de equilibrio emocional después haber superado cada una de estas etapas.
Sufrir la pérdida de una parte del cuerpo, ya sea pequeña o más extensa, conlleva un proceso de dolor, es un dolor muy similar a sufrir la pérdida de un ser querido. Las personas quienes sufren por este proceso tienen que pasar las mismas etapas del duelo que se sufren cuando perdemos a un familiar o ser muy querido.
Casi todo amputado se siente desanimado después de su amputación y es una reacción natural. Te puedes sentir preocupado. Muchos amputados describen sentimientos de estar en un mundo distinto, un lugar extraño donde no saben quiénes son, ni cuál será su papel. Un cambio ha ocurrido en tu cuerpo.
Ahora no se tiene uno de tus miembros, pero eso no te hace una persona diferente, más bien, tú eres la misma persona, que hará algunas cosas de manera distinta. Primeramente, queremos hacer énfasis en que el sentimiento de estar solo es muy común para los que han sufrido una amputación recientemente.
La pena de perder una parte del cuerpo
Es normal y entendible. Después de todo, una parte permanente de tu cuerpo ha sido removida. Es totalmente natural pasar por un proceso de dolor, pero también puede ser beneficioso. Sentimientos de enojo (el pensar ¿por qué yo?), negación, llorar fácilmente, sentirse deprimido y desanimado, es parte del proceso de luto.
No temas expresar tus sentimientos, ellos no son algo que deba de avergonzarte. Es una respuesta comprensible a la pérdida que has tenido. Con el tiempo, y con el apoyo de tu familia, los profesionales de la salud, y otros amputados se te hará más fácil aceptar lo que ha sucedido.
Emociones después de perder un miembro
Es completamente normal sentir emociones muy fuertes y perturbadoras después de una amputación. Perder una parte del cuerpo es comparable a perder un miembro cercano de la familia. Va a tomar tiempo acostumbrarse y ajustarse a la pérdida. Perder un miembro puede ser uno de los hechos más poderosos y terribles de su vida.
Sin embargo, no le ayudará darse por vencido. No le ayudará sentirse enojado con los demás porque usted está enojado por su situación. No le ayudará apartarse de los demás o aislarse. Asimismo, tampoco le ayudará esperar que todo sea como era antes de la amputación. Después de una amputación, es completamente normal sentir emociones muy fuertes
NEGACIÓN “Esto no es nada.” “Todo está bien. Puedo superarlo.” “Cuando despierte, voy a tener mi pierna de nuevo.”
REPULSIÓN “Cuando veo mi pedazo de pierna, me da náuseas.” “Es horrible. Me veo muy mal. Nadie va a mirarme otra vez.” “Estoy seguro de que nadie querrá tener relaciones íntimas conmigo nuevamente.”
TEMOR Y ANSIEDAD “Ahora no voy a poder mantener a mi familia.” “No quiero pasar el resto de mi vida en una silla.” “¿Y si me muero?” “¿Y si mi esposa o esposo me abandona?” “¿Cómo voy a caminar de nuevo?” “Estoy seguro de que todos mis amigos ahora me dejarán.”
CULPA “Es culpa mía. Yo causé el accidente.” “¿Por qué Dios me está castigando?” “Debo de haber hecho algo muy malo para que me suceda esto.”
CÓLERA “¡Váyanse!” “¿Ustedes qué saben de lo que me está pasando? ¡Déjenme solo!” “¡Alguien va a pagar por esto!” “Lo que me pasa es un ERROR!” “Mis parientes me vienen a ver y sólo se quedan mirándome fijos. ¡Quiero pegarles!”
DEPRESIÓN Y DESESPERANZA “No sirvo para nada.” “Ya nada me importa.” “Tendría que matarme. Mi familia estaría mejor sin mí.” “Mi terapista viene todos los días a decirme que haga una cosa y otra. No quiero hacer nada. Sólo quiero dormir.” “No puedo dejar de llorar.”
ABANDONO Y DESCONFIANZA “No puedo hacer nada sin que me ayuden. Todo me lo tienen que hacer. Ni siquiera puedo vestirme solo.” “Tengo miedo de caerme.”
FRUSTRACIÓN, IMPACIENCIA Y DISGUSTO “¡Me toma tanto tiempo hacer algo!” “¡La prótesis no es como mi propia pierna!”
AMARGURA Y RESENTIMIENTO “Esto es culpa de la gente que me atendió mal.” “Los odio a todos y odio a toda persona que no sea amputada.”
PÁNICO, FRUSTRACIÓN Y CONSTERNACIÓN “¿Qué sucede? ¿Qué puedo hacer? ¡No puedo pensar, siento que me ahogo!”
AISLAMIENTO “Nadie entiende por lo que estoy pasando.” “Quiero que me dejen solo.” Piense acerca de usted como una persona completa. Su cuerpo ha cambiado, pero usted sigue siendo usted mismo en todos los demás aspectos.
Es muy importante que entiendas que sentir cualquiera de estos sentimientos, es totalmente normal, es normal considerando la experiencia tan fuerte por la que acabas de pasar tras una amputación, y también es importante que sepas que estos sentimientos no durarán siempre, y que es perfectamente normal sentirlos, por un periodo prudente de tiempo, es parte del proceso de sanar emocionalmente.
Si no te sientes lo suficientemente cómodo para llevar tu proceso solo, o crees que necesitas ayuda, siempre es mucho más recomendable que te acerques a personas que te puedan ayudar a superar este proceso de duelo.
No estás solo
Puedes acercarte primero a tu familia, ábrete con ellos habla sincera y abiertamente sobre todos los sentimientos que estás experimentando e incluso diles de qué manera esperas que ellos participen en tu proceso, es decir, si deseas que te den espacio, que no te saturen de exceso de atención, o por el contrario si para ti es más beneficioso sentir que están más cerca de ti, entonces explícales que necesitas más que nunca de ellos, todo lo que funcione para ti, hazles saber, para que ellos puedan participar de forma activa en tu proceso.
Por otra parte, es mucho más recomendable acercarse a los profesionales de la salud, quienes conocen procesos y técnicas adecuadas para ayudarnos a superar todo este proceso.
Así como cuando visitamos al médico por un dolor de estómago o de cabeza muy fuerte en busca de ayuda, debemos pensar en que “tenemos un dolor emocional” que requiere de este mismo tipo de ayuda, y los médicos expertos en esta área tienen la solución, por lo que buscar ayuda de un psicólogo o médico psiquiatra es completamente normal y muy recomendado.
Muchas veces existe el estigma de pensar que este tipo de especialidades médicas son para personas que están locas o que tienen problemas de salud mental realmente serios, pero eso es un mito, que tiene este tipo de servicios de salud.
No debes de sentirte apenado por buscar este tipo de ayuda, por el contrario, te podemos asegurar que una vez que comiences a llevar terapia para superar tu proceso de duelo, tu manera de ver el mundo cambiará para bien.
Otra manera de enfrentar el duelo es hablarlo con personas que han pasado por el mismo camino, por ejemplo, otros amputados, hablar con ellos, conocer sus historias, saber cómo lo enfrentaron y ver cómo han salido adelante puede llenarte de ánimos para saber que existe algo más allá y que no todo se quedará en lo que vives en ese momento, que podrás retomar tu vida como antes, haciendo algunos cambios o con ayuda de una prótesis, pero que recuperaras tu vida.
En la mayoría de los lugares existen grupos de apoyo, donde puedes integrarte para compartir este tipo de experiencias con otras personas amputadas, siempre es muy beneficioso darse cuenta de que no estás solo y que hay otras personas que han vivido o están viviendo lo mismos que tú.
Si no sabes dónde encontrar este tipo de grupos acércate a los profesionales de la salud del área de rehabilitación o protesistas, que seguro ellos te podrán poner en contacto con estos grupos.
Recomendaciones para enfrentar el cambio
- Hable con alguien que haya pasado por la misma experiencia.
- Piense en formas de mantenerse activo, haciendo lo que le gusta hacer.
- Entréguese a alguien que lo necesite — un familiar, un niño o una niña solitarios, un amigo o una amiga.
- Las cosas VAN a mejorar. Tenga confianza.
- Haga ejercicio, deporte, baile, muévase
- Use su sentido del humor. Encuentre razones para reír.
- Tenga fe en Dios. Ore. Hable con su guía espiritual.
- Practique el pensamiento positivo al hablar y actuar. “Cuente sus bendiciones.”
- Pida ayuda. Busque a los demás. No se esconda ni se aísle.
- Hable acerca de los detalles de su accidente con alguien que realmente sepa escuchar.
- Regrese al trabajo o prepárese poco a poco a buscar un nuevo trabajo.
Si deseas una orientación personalizada, por medio de una entrevista con uno de nuestros protesistas de nuestro equipo clínico, ponte en contacto con nosotros. Puedes hacerlo dando clic en el siguiente enlace:
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Me parece excelente material, muy bien explicado y muy buen contenido
CIDOP ortopedia
Muchisimas gracias, nos encanta que te haya gustado 😊